Published - Martes, 17 Oct 2023
Ya nos avisa Consuelo Silveira, su creadora, de que esta no es una técnica de masaje como tal, pero sí un protocolo que presenta muchas ventajas en el medio spa, ya sea como parte de una sesión de hidroterapia o como parte de un tratamiento en cabina seca: muy fácil de hacer, muy útil, y muy versátil.
En un spa, o en circuitos de aguas, hay un error muy común, y es pasar mucho tiempo dentro del agua caliente, salir y secarse uno mismo con la toalla de cualquier manera.
“Cuando pasamos mucho tiempo en el agua caliente nos pasa como a los niños: salimos con la piel arrugada como una pasa. Eso quiere decir que la capa córnea está reblandecida, y si la friccionamos –y, encima, con una toalla que probablemente no esté lo suficientemente mullida, e incluso áspera– lo que hacemos es como desollarla, como hacer un peeling mal hecho”, nos advierte Consuelo Silveira, fundadora de las escuelas de formación en estética profesional que llevan su nombre.
Por eso ha creado este ritual, uno de sus “protocolos con sello SPA by Consuelo Silveira”, que viene a resolver esta situación. Pero hay otras razones de peso. Primero:
“hay una teoría que dice que el cliente tiene que descansar, justo tras haber estado en el agua, la mitad del tiempo que haya pasado dentro. Es decir, por cada 30 minutos que el cliente pase en el agua, tiene que estar 15 en reposo. Por eso este protocolo es perfecto para este lapso”
argumenta la experta. Y aún da un motivo más:
“cuando sale del agua, no queremos que el cliente pase frío por el cambio de temperatura, por lo que es ideal darle un té y hacer estas envolturas en toallas”, concluye Silveira.
Como decíamos: un buen ritual spa está estudiado y guiado de principio a fin.
Cómo se hace
Después de salir del agua, llevamos al cliente a la sala de reposo. En la camilla o tumbona tendremos colocados unos grandes toallones colocados en horizontal (no a lo largo) con los que envolveremos todo su cuerpo.
“Lo haremos con las toallas bien apretadas, como a una momia, pero con las piernas separadas. También envolvemos la cabeza, especialmente en mujeres u hombres con mucha cantidad de cabello”, comenta Silveira.
Sobre las toallas, la terapeuta realiza una serie de presiones sobre puntos shiatsu de la cabeza a los pies (temporales, zigomáticos, malares; hombros, pecho, cuádriceps...); pero también estiramientos cervicales, tracciones en brazos y piernas, movilizaciones de la pelvis, flexos y rotaciones de los pies...
“Tiramos del cliente, hacemos que se mueva con nuestro movimiento. Subimos por cada una de sus piernas, abrazándolas con todo el cuerpo. La esteticista envuelve el cuerpo del cliente con el suyo propio, como si fuese una doble envoltura sobre las toallas”, relata la masajista. “Es realmente muy bonito”, asegura.
Antes, durante y después
Además de bonito, la experta destaca este tratamiento por su versatilidad:
En cabina seca también es muy útil, porque lo normal, y lo más adecuado, es siempre proporcionar un ritual de bienvenida al cliente”.
Como hemos dicho anteriormente, cuando acudimos a un centro nuevo llegamos un tanto desconcertados; incluso aunque ya lo conozcamos: vamos con prisas, con nervios, con el mood de fuera. Resultaría extraño y chocante un ritual que empieza directamente, “de sopetón”. Por eso, esta envoltura puede servir como ritual de inicio,
“pero también se puede dar en medio, mientras se deja un producto actuar”, o como remate final de un tratamiento; y más si se han utilizado aceites.
“Por ejemplo, tras una ayurveda, un masaje en el que se ‘baña’ al cliente en aceite, en lugar de hacerle levantarse y secarse de cualquier manera, u obligarle a ducharse y que pierda gran parte del producto empleado y la sensación de paz del ritual, podemos hacer estas envolturas y tablas de shiatsu”, sugiere Consuelo Silveira.
En el método que enseña en sus formaciones, el más completo, inicia este protocolo con una prueba de esencias y respiraciones, después realiza las presiones shiatsu y el masaje con toalla en la cabeza; continúa por la parte facial (que consta de 14 pasos), para concluir con el protocolo corporal (que incluye otros 9 movimientos).
No obstante, la experta lanza otro tip a los profesionales:
“si estás realizando un tratamiento corporal y ves que no te va a dar
tiempo a realizarlo completo, puedes hacer una envoltura total, pero limitarte a hacer la tabla
de shiatsu en la cabeza como colofón final"
Este artículo escrito por Consuelo Silveira fue publicado en la revista "Expertos en Estética" el pasado mes de Octubre 2023
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